Derivado del conflicto entre Israel y Hamás, diversos grupos pro palestina han buscado interceptar cualquier barco cuyo destino sea Israel con el objetivo de interrumpir el flujo de mercancías y, de esta manera, llevar a cabo un boicot comercial como protesta ante el nulo apoyo de la comunidad internacional hacia Palestina. De esta manera, el pasado 9 de diciembre, los hutíes advirtieron que atacarían cualquier barco que se dirigiera a Israel si no se prestaba ayuda a la población de Gaza.
Así, el 11 de diciembre se registró el primer ataque con misiles a un petrolero noruego en el estrecho de Bab-el-Mandeb, la “puerta de las lamentaciones” que une el Golfo de Adén con el Mar Rojo y, en última instancia, con el Canal de Suez en Egipto. Dicho ataque modificó la navegación en la zona, llevando a que los buques que tradicionalmente utilizaban el Canal de Suez para llegar a los puertos israelíes del Mediterráneo fueran desviados, aumentando la duración y el costo del viaje.
El Canal de Suez es una de las rutas comerciales más importantes a nivel global, pues el 7% de los cereales y el 12% de las mercancías pasan por ahí. Asimismo, es una ruta relevante para los hidrocarburos: el 10% de los productos petrolíferos, el 5% del petróleo crudo y el 8% del gas natural licuado, viajan por esta ruta, por lo que es un punto nodal para el abastecimiento energético de Europa.
Debido a ello, si los ataques continúan en el estrecho de Bab-el-Mandeb, podría producirse una crisis comercial importante. Ello derivado de que, ante los retrasos que presenta actualmente el Canal de Panamá debido a la sequía que enfrenta, los costos y tiempos por tomar rutas alternas aumentarían bastante.
Maersk y Hapag-Lloyd, ambas navieras de contenedores, ya anunciaron el cese de operaciones en el Mar Rojo hasta nuevo aviso debido a que ambas empresas ya sufrieron ataques en sus navíos. Los ataques parecen haber aumentado en los últimos días, incluso cuando las conexiones de los barcos con Israel parecen ser menos directas, lo que sugiere que los riesgos se están ampliando.
“Estamos profundamente preocupados por la situación de seguridad en el sur del Mar Rojo y el Golfo de Adén”, dijo Maersk, para la que los recientes ataques a buques comerciales en la zona son alarmantes y representan una amenaza significativa para la seguridad de la gente de mar. “Estamos comprometidos a garantizar de la mejor manera posible la estabilidad de las cadenas de suministro de nuestros clientes. Estamos trabajando estrechamente con todos nuestros equipos de logística y estamos tomando medidas para minimizar el impacto en los clientes”, ha explicado la compañía.