Tener un embalaje bien hecho es fundamental para transportar productos y mercancías, sobre todo en el comercio internacional. Siempre es importante recordar que aquello que se transporta en un avión necesita estar firme y protegido en un viaje que será largo y no estará exento de posibles imprevistos durante el trayecto.
Por eso, la carga tiene que ser tratada con el cuidado necesario para que llegue segura a su destino.
Para el transporte de mercancías a grandes distancia y en menor tiempo, por supuesto que la opción será la aérea, más si se trata de productos perecederos, que requieren ser entregados lo más rápido posible.
Cada día es más frecuente -por lo menos antes de la pandemia y se espera que esto se retome después de ella- el envío de alimentos, equipos e insumos por aire e, incluso, se avanza todos los años en el desarollo de tecnologías para hacer vuelos más veloces, de tal manera que el comercio cumpla con tiempos menos y sea más efectivo.
A veces es impresionante ver en comercios y grandes cadenas de alimentos de Estados Unidos u otros países alimentos como frutas y hortalizas que, por lo regular, se dañan en cortos períodos, pero en los mostradores de estos comercios lucen frescos y como recién cosechados.
Por supuesto que la manera de embalar dependerá de lo que se transporte y, por ejemplo, los productos frescos pueden enviarse hasta en aviones de pasajeros, que suelen tener más viajes, siempre que sean de dimensiones que permitan espacio de carga para tal fin. En este caso, incluso, se trata de una ventaja para la empresa aérea que puede sacar más provecho a sus rutas y la frecuencia de sus vuelos.
Las aerolíneas, muchas veces, disponen de bodegas con capacidad para llevar productos en palets que resultan muy seguras para el transporte aéreo.
Otra opción dentro de estos vuelos comerciales son los contenedores de plancha de fibra, recubiertos de espuma de poliestireno y, si se necesita refrigeración, se emplea hielo seco o gel refrigerante en estos.
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Camilo Ibrahim: Tipos de embalaje aéreo
El tipo de embalaje en vuelos deberá escogerse de acuerdo a los riesgo de la mercancía a trasladar y los inconvenientes que se puedan presentar en la travesía.
Por estas razones, las empresas verdaderamente especializadas en esta materia deberán tomar en cuenta los siguientes elementos:
- Movimientos que puedan dañar las mercancías.
- Las vibraciones que puedan producirse durante el vuelo.
- Las comunes turbulencias, porque hay rutas en las cuales son más frecuentes, pero se trata de eventos frecuentes.-La duración del vuelo, en caso de manejarse productos perecederos o que deban entregarse con celeridad.
En realidad, las empresas especializadas cuentan con distintos tipos de embalaje aéreo para brindar seguridad y garantías a sus clientes de que sus productos llegarán en perfecto estado a su destino final.
Las empresas con experiencia en el ramo disponen de tres clases de embalaje
- En cartón: Es el mas frecuente. Las empresas lo ofrecen en muchas modalidades, grosores y tamaños y suele ser muy confiable para la mayoría. También es el más económico. Posee, además, la ventaja de no aumentar el peso de la carga y, por consiguiente, no afecta los costos.
- En plástico: Es una opción también muy empleada por su ligereza y porque ofrece más protección que el cartón. Sobre todo es más utilizada cuando la carga es más frágil y delicada frente a factores ambientales como el agua. Por otra parte, con el tiempo este material ha evolucionado tanto que su variedad puede adaptarse a casi cualquier clase de mercacía que se desee transportar.
- En madera: Esta es la más tradicional y todavía en el presente muchos la eligen porque consideran que ofrece mayor protección a las mercancías. Sigue siendo una alternativa muy económica y de fácil obtención. La desventaja con respecto a las anteriores es que ocupa más espacio y agrega peso.
Además de las reglas y estándares generales anteriores, vale la pena recordar que algunos países establecen requisitos adicionales para paquetes y etiquetas en la carga internacional. En cada caso, estos requisitos deben ser estudiados y cumplidos por el remitente antes de la exportación, a fin de evitar demoras y problemas con los servicios aduaneros, fitosanitarios, de cuarentena y otros servicios de control del país de destino o tránsito.