La logística 5.0 ha surgido como una evolución de los sistemas logísticos tradicionales, impulsada por los avances tecnológicos y la digitalización de los procesos. En México, este concepto está cobrando cada vez más relevancia, ya que el país se encuentra en una posición estratégica como puerta de entrada a América Latina y cuenta con una sólida infraestructura de transporte y comunicaciones.
La logística 5.0 en México busca optimizar y agilizar todas las fases de la cadena de suministro, desde la planificación hasta la entrega final. Se basa en el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas, el big data y la automatización, que permiten una mayor visibilidad y control de los procesos, así como una toma de decisiones más rápida y precisa.
Uno de sus principales beneficios es la mejora en la eficiencia operativa. Gracias al uso de sensores y dispositivos conectados, se puede monitorear en tiempo real el estado de las mercancías, los vehículos y las instalaciones, lo que permite una gestión proactiva de los imprevistos y una reducción de los tiempos de respuesta. Además, la aplicación de algoritmos de inteligencia artificial en la planificación de rutas y la asignación de recursos optimiza los trayectos y reduce los costos de transporte.
En cuanto a la logística inversa, la logística 5.0 también juega un papel importante en México. La creciente conciencia ambiental y las regulaciones cada vez más estrictas en materia de sustentabilidad han impulsado la implementación de sistemas de gestión de residuos y la recuperación de materiales. La digitalización facilita el seguimiento y la trazabilidad de los productos desde su retorno hasta su reutilización o disposición final, lo que contribuye a una gestión más eficiente de los recursos y una reducción de los impactos ambientales.
Otro aspecto destacado es la integración de los diferentes actores de la cadena de suministro a través de plataformas digitales. Esto facilita la colaboración y el intercambio de información en tiempo real entre proveedores, transportistas, distribuidores y clientes, lo que se traduce en una mayor transparencia y una mejor coordinación de las operaciones.
