Ante las contracciones en el volumen de exportaciones y comercio mundial derivado de la pandemia por COVID-19, las empresas han buscado diversificar sus mercados y expandir sus ventas hacia otros territorios. Por consiguiente, la logística y la búsqueda de aliados que les ayuden a gestionar métodos de transporte y movilización de mercancías cada vez más rápidas, eficientes y sostenibles ha ido en aumento.
En este contexto, el transporte intermodal ha ganado relevancia en el comercio internacional pues, al referirse al uso de diferentes modos de transporte -terrestre, ferroviario, aéreo, marítimo, etc.- para trasladar mercancías de un punto a otro, optimiza la cadena de suministros y supera las limitaciones que genera utilizar un único método de transporte. Esto resulta en una mayor eficiencia, reducción de costos y tiempos de tránsito más rápidos.
En el caso de México, el transporte intermodal cobra relevancia debido a la posición geográfica y estratégica que nuestro país posee en el mercado internacional. Al contar con una extensa red de carreteras, ferrocarriles y puertos, el país tiene el potencial de ser uno de los centros logísticos más importantes para el comercio global, en el que métodos como el transporte intermodal facilitan el movimiento eficiente de mercancías desde y hacia los puertos, así como su distribución a lo largo del país y la conexión con otros países de América del Norte y América Latina.
En este sentido, el transporte intermodal se apoya en los fourth party logistics (4PL) para su operación en tanto que, al ser un proveedor de servicios logísticos que coordina y administra toda la cadena de suministros en nombre de una empresa y ser dueño de la infraestructura y los vehículos de transporte, permite integrar y sincronizar a los diferentes actores involucrados y procesos de la cadena de suministro. Un 4PL identifica las mejores rutas y modos de transporte, optimiza el uso de los recursos, minimiza los tiempos de tránsito y proporciona visibilidad y seguimiento en tiempo real.
En conclusión, el transporte intermodal se presenta como una oportunidad para reposicionar a México en el mercado internacional al reducir los obstáculos que cada transporte presenta y articular con mayor eficacia y eficiencia la cadena de suministros, generando mejores resultados para la economía.
