
La desdolarización es un fenómeno poco reciente, pero que toma relevancia en un contexto como el actual. Se refiere al proceso en el que los países reducen su dependencia al dólar estadounidense y comienzan a diversificar sus reservas internacionales adoptando sus propias monedas, u otras, en sus operaciones económicas y comerciales.
Frente a un contexto de dependencia económica y de imposición de sanciones unilaterales, muchos países latinoamericanos, en búsqueda de mayor autonomía monetaria y de defender su soberanía económica, han decidido reducir su dependencia del dólar estadounidense y optar por otras monedas como el yuan chino. Ejemplo de ello ha sido la reciente incorporación de China a los BRICS que facilita el comercio internacional entre América Latina, África y Asia, pero usando el yuan chino como moneda de cambio.
Si bien la desdolarización ha preocupado a diversos inversionistas, es importante remarcar que este proceso es bastante tardado, por lo que el cese del dólar como moneda de intercambio dentro del comercio mundial no sucederá de la noche a la mañana. Asimismo, es pertinente señalar que la Reserva Federal de Estados Unidos sigue controlando la economía global, y, por lo tanto, los bonos emitidos por el gobierno de Estados Unidos siguen siendo el activo más seguro.
Esta situación no solo advierte el asenso de otros países como potencias financieras, sino que pone en peligro la estabilidad financiera directamente con México, pues el comercio bilateral entre estos países es importante para el crecimiento económico nacional. Si esta situación crece, es muy probable que, en un mediano plazo, el intercambio comercial pierda fuerza o, al menos, se vea reducido.
