Camilo Ibrahim, el Café en Venezuela es sinónimo de tradición y en su momento ocupó uno de los lugares más relevantes a nivel mundial en la producción y exportación del café, y su cultivo es una de las actividades económicas más importantes de Mérida hoy en día, aspirando a alcanzar los niveles de producción en sus mejores tiempos.
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Historia del Café en Venezuela
El primer cafeto que llegó a Venezuela fue traído de Brasil y sembrado por misioneros españoles asentados en la cuenca del río Caroní, en 1730. Una década después de su introducción en Venezuela, y partir de 1740 el cultivo de café empezó a propagarse a la gobernación de Caracas y, poco a poco, al resto del país.
En 1776 ya se registraron cafetales en Cumaná y Río Caribe, y extendiéndose su cultivo a occidente, llegando a tierras andinas, como Mérida en 1780, donde a pesar de una temprana introducción, las plantaciones no empezaron a constituirse como tales hasta después de la Guerra de Independencia (1810-1823).
Para 1784 se levantaron las primeras plantaciones cafetaleras en Chacao, en la Haciencia Blandín, de Bartolomé Blandín su fundador (hoy, Hacienda la Castellana). A partir de 1784 llegó a San Antonio, Las Minas y a los valles de Aragua, pasando luego a las provincias de Carabobo y Barcelona.
El cultivo de café en el estado de Táchira se inició en 1794 gracias a la iniciativa de Gervasio Rubio, quien lo plantó en su Hacienda la Yegüera, conocida luego como la Hacienda Rubio a partir de 1855; mientras que en Trujillo, el impulsor de la caficultura fue Francisco de Labastida quien inició el cultivo de café en este territorio del oeste del país en 1801.
Desde principios del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, el cultivo de café en Venezuela desplazó al del cacao impulsando la economía nacional, contribuyendo a:
- La apertura de carreteras y vías fluviales.
- La consolidación de centros urbanos en las zonas cafeteras.
- La transformación del Puerto de Maracaibo, en principal puerta de salida de mercaderías del país.
En 1900 empezó a operar la que se convertiría en la primera empresa tostadora venezolana, Café Fama de América, fundada por el español de origen canario, Bernardo González Palenzuela, quien empezó a comprar granos de café, a molerlos, a tostarlos manualmente y a venderlos de casa en casa.
En aquella época y hasta la mitad de la década de 1950, el café vivió muy buenos años en Venezuela, alcanzando a ser los cinco máximos productores del mundo. Hoy en día, el café sigue siendo un cultivo de importancia social y cultural en Venezuela, pero su peso económico ha dejado de ser el que era.
Camilo Ibrahim: La producción de café hoy en día en Venezuela
En los cafetales venezolanos crecen diversas variedades de café, todos arábicas que los caficultores procesan, mayoritariamente, por vía húmeda y natural. La primera variedad de café que se cultivó en el país fue la Típica. A ella se sumaron posteriormente:
- Bourbons
- Caturras
- Catuaí
Muchos caficultores se habían decidido a plantar cafetos de la variedad Catuaí por su alta productividad, y fue la variedad dominante hace más de una década. Sin embargo, la incidencia de la roya ha generado un cambio progresivo hacia variedades de cafés más resistentes, como la INIA, Colombia o Castillo, entre otras.
El grueso más importante de la producción de café en Venezuela se localiza en los estados Lara, Portuguesa, Trujillo, Barinas, Falcón, Yaracuy, Monagas y Anzoátegui, y se trata de zonas montañosas. Sin embargo, el café de más alta calidad se cultiva en Mérida – Santa Cruz de Mora, Mesa Bolívar y la Azulita – que se distingue por ser ligero, dulce, delicado al paladar y no muy ácido, en las variedades de semillas:
- Arábica Bourbon y Typica
- Caturra rojo
- Mundo Novo
De igual manera, en los últimos tiempos el acompañamiento técnico ha permitido:
- Mejorar las semillas
- El procesamiento del café molido
- El control de calidad del producto
- La distribución
Un dato relevante es que en los últimos años se ha comprobado la incorporación de jóvenes profesionales en la industrialización artesanal y comercialización de café, a pesar de que en este rubro todavía prevalecen los productores con un bajo nivel de instrucción y renuentes a la introducción de nuevas de tecnologías y técnicas en el manejo del cultivo, que incrementen la producción sin deteriorar la calidad del café.
Actualmente todavía no existen en Venezuela perfiles claramente definidos para identificar de forma genérica sus cafés ni por regiones, ni por variedades, ni mucho menos por procesos postcosecha. A falta de esta definición pormenorizada, la calidad de los granos está supervisada y regulada en Venezuela, por la Corporación Venezolana del Café.